Necesitamos relaciones positivas en el trabajo

Si pasamos más tiempo en el trabajo que en cualquier otra actividad, ¿No crees que deberíamos sentirnos conectados y apoyados por nuestros compañeros y líderes?

De hecho, un factor importante que contribuye al estrés en el lugar de trabajo son los peligros psicosociales relacionados con la cultura dentro de una organización, como las malas relaciones interpersonales y la falta de políticas y prácticas relacionadas con el respeto por los trabajadores.

La exposición prolongada a estos peligros psicosociales está relacionada con un aumento de los problemas de salud psiquiátricos y fisiológicos, por lo que las relaciones sociales positivas entre los empleados son la forma en que se puede revertir.

El fracaso o éxito de las organizaciones (y sus empleados) depende en gran medida de la calidad de las relaciones sociales que promueven dentro de sus cuatro paredes.

La ciencia detrás de las relaciones positivas en el trabajo

Psicólogos han identificado el deseo de sentirnos conectados con los demás como una necesidad humana básica, que tienen un impacto significativo en la salud mental, el comportamiento de salud, la salud física y el riesgo de mortalidad. De hecho, los sistemas fisiológicos humanos son muy sensibles a las interacciones sociales positivas.

Encontraron que los seres humanos estamos dotados de redes cerebrales reflexivas separadas para el pensamiento social; por lo tanto, las relaciones estrechas están vinculadas a la salud, ya que construyen ciertos sistemas biológicos que pueden proteger contra los efectos adversos del estrés. El cerebro libera oxitocina en respuesta al contacto social, una hormona poderosa vinculada a la confiabilidad y la motivación para ayudar a otros en el lugar de trabajo. Por otro lado, cuando los individuos experimentan dolor social en el lugar de trabajo por sentirse aislados, la región del cerebro que se activa es la misma que si se hubiera experimentado dolor físico.

Entonces, cuando las relaciones en el lugar de trabajo se caracterizan por la cooperación, la confianza y la equidad, el centro de recompensa del cerebro se activa, lo que fomenta las interacciones futuras que promueven la confianza, el respeto y la seguridad de los colaboradores.

Las interacciones sociales positivas en el trabajo afectan directamente los procesos fisiológicos del cuerpo. Los expertos en psicología social, Heaphy y Dutton afirman que las interacciones sociales positivas sirven para reforzar el ingenio fisiológico al fortalecer los sistemas cardiovascular, inmunológico y neuroendocrino, a través de disminuciones inmediatas y duraderas de la reactividad cardiovascular, respuestas inmunes fortalecidas y patrones hormonales más saludables.

En pocas palabras, cuando los colaboradores experimentan relaciones positivas, la capacidad del cuerpo para construir, mantener y repararse mejora igual, estando en el lugar de trabajo como en los momentos de ocio y descanso no relacionados con el trabajo.

Mediante la promoción de interacciones sociales positivas, las relaciones en el lugar de trabajo pueden ser una fuente de crecimiento, aprendizaje y florecimiento individual y colectivo.

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